Trilce
XV
En el rincón aquel, donde dormimos juntos
tantas noches, ahora me he sentado
a caminar. La cuja de los novios difuntos
fue sacada, o tal vez qué habrá pasado.
Has venido temprano a otros asuntos
y ya no estás. Es el rincón
donde a tu lado, leí una noche,
entre tus tiernos puntos,
un cuento de Daudet. Es el rincón
amado. No lo equivoques.
Me he puesto a recordar los dìas
de veranos idos, tu entrar y salir,
poco y harta y pálida por los cuartos.
En esta noche pluviosa,
ya lejos de ambos dos, salto de pronto...
Son dos puertas abriéndose, cerrándose,
dos puertas que al viento van y vienen
sombra a sombra.
Porque cuando remuevo el corazón me sale Po Bho y Mariza y viajes soñados hacia el mundo salvaje y me gustaría tumbarme al sol a medir con mis hombros.
1 comentario
Anónimo -
pero me pareció que todo hombre sueña con esto algún día
Saludos hermitaño