Ericeira
Ericeira es un pueblo costero a unos 50 km de Lisboa. Estuve allí hace unos dos años. Para llegar a él desde Lisboa puedes hacerlo por una carretera que bordea el atlántico. Tiene unas playas alucinantes y solitarias y no se por qué hoy me he acordado de ese viaje. Tenía previsto hablar sobre la visita a la cárcel de Zuera que hice el otro día o sobre el dia de San Jorge, pero prefiero hacerlo de Ericeira, de sus playas extensas mirando el atlántico, de su muro sobre el mar desde el que, en grandes tormentas, izan los barcos pesqueros, hoy con tractores y antaño con bueyes
Merece la pena la visita, pasar un atardecer tumbado en la arena, alejarse de los melancólicos fados, de Pessoa y de la infestada Sintra. Lisboa no me entusiasmó en su día, me sorprendió que hubiera tanta gente que se hubiera enamorado de esa ciudad a la que loan poetas y cantantes. Pero ahora, con el filtro de la distancia, le encuentro ese halo romántico de ciudad decadente y sobre todo me quedo con la Alfama, la anciana que estuvo cantando fados junto a nosotros hasta la medianoche y con el bacalao a la brasa.
HE PASADO TODA LA NOCHE SIN DORMIR
He pasado toda la noche sin dormir, viendo,
sin espacio tu figura.
Y viéndola siempre de maneras diferentes
de como ella me parece.
Hago pensamientos con el recuerdo de lo que
es ella cuando me habla,
y en cada pensamiento cambia ella de acuerdo
con su semejanza.
Amar es pensar.
Y yo casi me olvido de sentir sólo pensando en ella.
No sé bien lo que quiero, incluso de ella, y no
pienso más que en ella.
Tengo una gran distracción animada.
Cuando deseo encontrarla
casi prefiero no encontrarla,
Para no tener que dejarla luego.
No sé bien lo que quiero, ni quiero saber lo que
quiero. Quiero tan solo
Pensar en ella.
Nada le pido a nadie, ni a ella, sino pensar.
Fernando Pessoa
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