Que veinte años no son nada.
En 1987 yo tenía 8 años. Mi tío Pepe me regaló una canasta que mi padre colgó de un pilar de la cochera y yo me pasaba el día ensayando el Sky Hook de Kareen Abdul Jabbar. Lo intentaba una y otra vez, me colocaba a la derecha, entraba en la imaginaria zona y soltaba el balón con la izquierda intentando imitar el vuelo suave y parabólico que les imprimía Kareem a sus indefendibles tiros. Yo era malísimo al baloncesto, y mi gran altura suponía una problema para mí, ya que siempre debía jugar en los recreos a la canasta e intentar demostrar lo que por mi estatura se me presuponía. Lo único que hacía era taponar e intentar una y otra vez el Sky Hook.
De mi infancia tengo pocos recuerdos deportivos, como de muchas otras cosas, pero además del gol de Rubén Sosa que le dio al R. Zaragoza la copa del Rey del 86 frente al Barça, recuerdo especialmente la final de la NBA del año 87 entre los Boston Celtics y Los Angeles Lakers. Magic Jhonson, Byron Scott, Larry Bird, Karrem Abdul, Dennis Jhonson y los demás me tuvieron amando el baloncesto con locura durante aquel principio de verano de 1987.
Desde entonces yo no había vuelto a ver baloncesto de la NBA, quizás la final del año siguiente frente a los Pistons, aunque apenas la recuerdo. Ahora 21 años después estos dos equipos vuelven a enfrentarse por el título y volveré a estar frente al televisor, seguramente esta vez sea frente al monitor del ordenador y conectado a un canal chino (cosas del proletariado) para volver a disfrutar de ellos. Puede que los Kobe Bryant, Odom, Gasol o Rajon Rondo sean mejores atletas y tengan más técnica que aquellos míticos jugadores de hace 20 años, pero nunca tendrán aquella magia, entre otras cosas porque yo los veía con los ojos absortos y admirados de un niño de ocho años que por las tardes de verano despertaba de la siesta a sus padres, botando el balón en la cochera, intentando quitarme de encima a Robert Parish, para lanzar por encima de todos un Sky Hook que me diera el partido y el anillo de campeón.
3 comentarios
Fernando -
Escalambrujos -
Un saludo
Emilio -