Fuentes Claras
Hasta ahora no había hablado del que es mi pueblo así que creo que ya toca. Fuentes Claras es un municipio de la provincia de Teruel, rondará los seiscientos y pico habitantes. De clima extremo en invierno, con largas y duras heladas, habiéndose alcanzado temperaturas inferiores a los menos 30 grados, yo lo máximo que viví fueron -24 y no es nada agradable, y caluroso en verano como debe de ser en una tierra bien jodida de habitar.
Respecto a la cuestión climática he notado que recorre en las gentes del lugar cierto espíritu pro cambio climático (y eso que en un estudio de nuestros próceres de la DGA dedujeron que en zonas rurales como esta es donde más se recicla y más conciencia ecológica existe) el caso es que creo que a más de uno no le importaría vivir inviernos menos duros y principios de verano más primaverales como lleva ocurriendo los últimos tres o cuatro años, incluso a alguno no le importaría tener la playa en Santa Eulalia del Campo a treinta km del pueblo.
Aunque para ser justos con la climatología debo decir que gracias a ella podemos disfrutar de dos cosas. A saber: un cutis más fino y el embutido del cerdo que se cría en casi todas las casas. Esto último es símbolo de identidad de cada una de las familias del pueblo, gusta agasajar con estas viandas a los invitados forasteros, por lo menos a mí y a mi familia, y yo siempre me he preguntado el por qué la longaniza que hace la madre de Camorra es la mejor de todo el pueblo.
Aunque para día especial en estos asuntos porcinos estaba EL DÍA DE LA CONSERVA, así en mayúsculas. Uno llegaba del colegio a las cinco de la tarde y unos metros antes de llegar a casa podía oler las costillas, la longaniza y el lomo friéndose con cabezas de ajos para luego ser guardados en grandes tinajas llenas de aceite para servir de alimento el resto del año, ¡alegría para el paladar!. Mientras mi madre freía y mi padre cortaba de fuertes hachazos el costillar del cerdo (pido perdón a la ministra Bibiana, pero en los pueblos y en mi casa aun se ordenan así las cosas) yo esperaba con medía barra de pan a que aquello fuera saliendo del aceite. ¡Que colesterol más nostálgico dios mío!.
En Fuentes Claras tengo todo lo que necesito, campos hasta donde me alcanza la vista, mi familia, mi perra, amigos, un bar con la cerveza a 90 céntimos de euro donde hablar de cosas triviales, el pan a 60 céntimos, tres o cuatro fiestas enormes a lo largo del año y sobre todo muchos recuerdos: Un traumatismo craneoencefálico y el cúbito y el radio del brazo izquierdo soldados desde los cuatro años cuando me caí en el lavadero huyendo de los cabezudos en fiestas; mi perra lobita que la atropelló el tren; una cometa traída por mi tío desde Barcelona volando en la puerta de casa en una de esas comidas familiares que a mí me alucinaban de tanta gente que creía que había; tres puntos en la ceja izquierda; una noche de reyes en la que dejaron un cinexin en la ventana de casa (por entonces se podían dejar cosas de valor en las ventanas sin miedo a que desaparecieran); una batalla de nieve en la que debimos participar todos los varones en edad de incorporación a filas que nos encontrábamos en el pueblo aquellas navidades, es decir, desde los 15 hasta los cuarenta y tantos yo vi a gente lanzándose bolas, en una competición que se nos fue de las manos y en la que los respectivos Estados Mayores de la Defensa de cada bando decidieron que el ejercito ganador sería aquel que consiguiera sacar de los límites del pueblo al otro, y se cumplió; partidos de fútbol sala en los campeonatos de verano cuando aun podía moverme ágil y rápido; volver de las fiestas de los pueblos andando por el camino; muchos años de peña en los Vikingos; unos besos robados después de la charanga de fiestas; bastantes horas de monte con mi perra luna; los madrugones para ir a coger azafrán; y sobre todo me quedo con los amaneceres del mes de noviembre, cuando las tierras de los campos son removidas por los tractores para prepararlas para la siembra y la tierra es de color cobrizo y hay una luz azul tenue en esas mañanas de sol de éste mes y el cielo es cruzado por enormes y ruidosas grullas en formación que se dirigen desde los dormideros en la laguna de Gallocanta hasta los campos de maíz recién cosechado donde alimentarse. Juro que me encanta, por algo nunca cojo las vacaciones en verano y siempre lo hago en octubre y noviembre.
*La foto es del pueblo el miércoles pasado, era un día despejado pero éste grupo de nubes cubría únicamente los límites del pueblo justo cuando el sol se ocultaba por los límites de Castilla. Para los santo tomasistas el cielo no está tratado, solo tiene una capa de ajustes de niveles, pero esa luz rojiza es la que había y esas nubes son las que había.
Por cierto, un día leí manuscrito un poema de una tal Guillermo Urbizu Valero sobre Fuentes Claras, también vi una columna preciosa sobre el pueblo de éste señor en el Heraldo de Aragón, tanto el poema como la columna las perdí, así que si alguien tiene conocimiento de alguna de estas dos cosas le estaría muy agradecido.
10 comentarios
Verónica del Río -
Raquel -
Estoy buscando a una persona. Su nombre es Rosalinda Hermida. Tiene aproximadamente 60 años. Las ultimas noticias que tengo es que se fue de Fuentes Claras para irse a vivir a Zaragoza, y que tiene un hijo que se llama Raul, de unos 33 años.
Es muy importante encontrarla, y va a ser una sorpresa muy agradable para ella y para mi madre.
Si alguien la conoce y puede ponerme en contacto con ella, mi mail es anaraquel.alonso@gmail.com
Muchíiiiisimas gracias.
Por cierto, la foto buenisima! ;)
Si consigo encontrar esta señora iré a visitar el pueblo!
Pedro -
http://www.guillermourbizu.com/
C3PO -
Candilejas -
CARLOS -
Escalambrujos -
Un saludo.
luis calle -
No sólo sabes "vender" tu pueblo, sino que lo fotografías estupendamente.
P:muchas veces cuando enseñamos nuestras fotografías con cielos nos tachan de excesivo retoque. Algunas veces es cielo ni siquiera está retocado, lo que ocurre es que amenudo vivimos de espaldas al cielo sin levantar la vista mas allá de nuestras cabezas y nos perdemos esos instantes
Amparito -
Gracias
Teresa -