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Escalambrujos.

Viajes

Tres turolenses en vietnam. los templos de Angkor

Angkor es un lugar mágico. Pese a los cientos de turistas que lo visitan, uno siente cierta congoja recorriendo los 35 kilometros cuadrados de su interior, algo parecido a lo que se narra en el síndrome de Sthendal.

Llegamos a Ankgor Wat a las 5 de la mañana, después de que el moto-taxi que acordáramos horas antes, al llegar a Shim reap, nos recogiera a las 4 y media. Cuando llego salgo corriendo y atravieso en solitario y a oscuras el interior del templo de Ankgor Wat. Todavía, viéndolo después a la luz del día, no se como no me mate en uno de los múltiples fosos y escaleras que tiene. Al llegar al otro lado descubro, horrores, que me he equivocado, desde ahí no podré tomar ni una sola foto del conjunto, el lago que yo suponía debía estar ahí estaba al otro lado y en la oscuridad de la noche pase junto a él corriendo sin darme cuenta. Pienso que hacer 30 días con un trípode a la espalda y no poder hacer la foto por gilipollas va a ser algo de lo que más de uno estará riéndose de mi un tiempo. Así que salgo de nuevo corriendo y atravieso el gigantesco templo por segunda vez, en él los primeros rayos del alba empiezan a incidir dentro formando extrañas y hermosas formas de colores ocres. Una sensación infantil me recorre corriendo en solitario por el interior de uno de los templos con los que uno soñaba en tardes de aventuras. Cuando llego al otro lado, del que nunca debí marchar, la hora mágica de luz casi ha terminado y cientos de personas observan el amanecer desde la orilla del lago y se sorprenden cuando un individuo de dos metros aparece con un trípode por la puerta principal corriendo como un rayo y con la camiseta empapada en sudor dirigiéndose hacia ellos.

Finalmente pude hacer unas 6 o 7 tomas antes de que la hora azul desapareciera y la luz se adueñara de todos los rincones. Pensándolo después creo que podría haberme conformado con una de los millones de fotos que hay del mismo lugar en distintos amaneceres y haber recorrido con calma y en solitario el interior del templo.

 

Un Turolense en Vietnam. El puerto de Tram Tom

Cuando uno no ha conducido nunca una motocicleta hacerlo por primera vez en Vietnam para coronar el espectacular puerto de montaña de tram Tom es una buena manera de cogerle el gustillo.

Tram Tom es el paso de montaña más alto de Vietnam, se encuentra en la cara norte del Fansipanm, que es con sus más de tres mil metros la montaña más alta de vietnam, en la carretera que va de Sapa a Lai Chau cercano a la frontera con Laos. Las vistas son espectaculares y el frio atroz. Ya que sapa, en la cara sur es la ciudad más fria de Vietrnam y Lai Chau, en la norte, la más cálida por lo que las corrientes de aire en el puerto harían las delicias de un directivo de Gamesa Eolica.

Y alli estabamos nosotros, con nuestras motos alquiladas por dos euros, con cara velocidad y yo con unos tres o cuatro mosquitos en cada ojo pasando frio y admirando las vistas.

Ahora estoy de nuevo en Hanoi, acabamos de llegar a las cinco de la mañana en un tren nocturno y a las ocho salimos para la bahia de Halong, afortunadamente nos han dejado ducharnos en un hotel por un euros por cabeza, porque la nochecita ha sido toledana en el vagón de tren.

pd: ¿dejará el real Zaragoza de amargarme el viaje? Acabo de leer que tambien hemos caido en la copa.

Un Turolense en Vietnam. Las tribus del norte.

Ya estamos en Sapa, en la frontera con China,  rodeados de montañas, arrozales y parroquianos vestidos con sus trajes tradicionales: los Hmong flor y los Dzao rojos.

El día ha sido una completa aventura. Llegada a Lao Cai a las cinco de la mañana en un tren nocturno. Allí somos asaltados por los conductores de autobús, cansados y con sueño.

Cuatro euros por ir al mercado semanal de Bac Ca a 100 km de Lao Cai,  demasiado caro, pero no había fuerzas para discutir. En dicho mercado los Hamong Flor bajan de las montañas para vender y comprar animales y para que los adolescentes busquen pareja en el mercado del amor. Algo así como la caravana de Plan a lo vietnamita.

El mercado espectacular, ya ire colgando las fotos, nos habían avisado que llegáramos temprano que es cuando están los autóctonos haciendo sus tratos y ha sido un acierto, a las doce aquello lleno de turistas. Pues hale, vámonos para Sapa. Así que a buscar la manera de desfazer el entuerto. Al final en un pueblo en el que desconocen que hay un idioma llamado ingles terminamos jugando al pictionary y adivinando que debemos ponernos en la plaza del pueblo y cuando pase un autobús pararlo. Asi acabamos haciendo un recorrido de 100 km por dos euros en un autobús lleno de paisanos, sacos de cereal, un colchón, tres turolenses y dos americanos.

En Lao Cai, de repente nuestro autobus se cruza delante de otro, lo para y nos dice que ese va a Sapa, que subamos, así que coge los bultos, salta por encima los sacos y cambia de autobús. Como no había sitio me ponen con el conductor, del que compruebo que no tendrá ni 17 años y que se parece a Bruce Lee, y que además utiliza la misma técnica de conducir que en Hanoi, es decir lo de atender a la carretera está obsoleto, lo que hay que hacer es ir por el carril contrario mandando mensajes por el movil.

Afortunadamente ya estoy en Sapa, tomando una cerveza sentado en la espectacular terraza de la habitación del hotel, por la que he pagado cuatro euros, mirando a un valle plagado de arrozales. Es el mejor hotel hasta ahora, se nota que es temporada baja aquí.

Mañana trekking por la montaña y si lo conseguimos dormir en algún poblado.

Por cierto, que anoche mientras esperábamos el tren para Lao Cai cenando carne a la parrilla nos dimos cuenta que el Bo que pensábamos que nos estábamos comiendo no era Bo sino Thi, y el que quiera saber la diferencia solo tiene que pinchar en los enlaces. Solo diré que a uno de ellos si le tiras una pelota sale corriendo detrás de ella y tiene una digestión muy mala.

 

Pd:; Estoy colgando fotos del viaje en http:;//www.picheto.es no se como iran de color porque proceso en un netbook, pero por si quereís ver algo.

Un Turolense en Vietnam. Crónicas de la Conchinchina

Hemos llegado hoy a Hanoi después de dos días en Saigon. El primer día lo pasamos visitando la zona centro, día que te sirve para saber que no era necesario visitar la zona centro, ya que salvo los dos mercados lo demás es perfectamente no visitable. El segundo día visitamos el barrio de Cholom, donde se asienta la población China de la etnia  Hue que vive en Vietnam. Visita de la que extraigo las siguientes conclusiones:

Efectivamente los Chinos y los Judios dominan el mundo. Cuando la población occidental hayamos acabado con todos nuestros ahorros comprando en los "todo a cien" todas esas cosas que te das cuenta que no tienes cuando vas a hacer una chapuza en casa (destornilladores, espumaderas, cinta de carrocero, aceiteras) los chinos comenzarán a prestar dinero y entonces dominaran a los judios americanos, a Estados Unidos y a Israel.

A los chinos les encantan mis rastas y mi barba. Rompí el equilibrio interplanetario que ordena el tráfico en las calles de Saigon cuando se volvían en sus motos para saludarme, mirarme o levantarme el dedo y provoqué los dos únicos accidentes que se recuerdan en Vietnam desde la precipitada huida del ejercito estadounidense en 1975. No descarto que al año que viene 700 millones de personas en el planeta lleven rastas.

Tras regresar a Vietnam extraigo nuevas conclusiones. Los Vietnamitas nunca seran nadie en el baloncesto salvo que todas sus mujeres se apareen con el equipo al completo de los Harlem Globetrotters durante tres generaciones seguidas. En cambio nunca perderan una sola guerra a la que se enfrenten, como hasta ahora. Son trabajadores, eficientes y cabezones como uno de Barrachina (Teruel) y su táctica guerrera consistiría en avalanzarse todos juntos contra el adversario montados en sus motos y aplastarlos. No hay balas en todo el planeta para detenerlos.

Otra de las conclusiones extraidas es que con el simpático pueblo vietnamita es con el único que puedo conversar y comunicarme en ingles a pesar de mi desconocimiento de esta lengua. En cambio a Kenia, que sí habla ingles, no la entienden nunca, ni ella a ellos tampoco. 

La comida es mucha, rica y variada, además de muy barata, se puede pasar un día entero comiendo a lo grande por unos 5 euros. Acabamos de llegar de tomar cervezas, cinco vasos grandes más cacahuetes de picoteo por 70 cts de euro el total.

Barajo la posibilidad de no regresar nunca a España, salvo fiestas de guardar,  y montar una peluquería de rastas en Saigon.

Sin noticias de Gurb.

Pd: La foto la hice en uno de los templos del barrio de Cholom, llevo un netbook de 10 pulgadas así que no se como estará.

Good Morning Vietnam

Pues nada, ya tengo el billete. Del 30 de noviembre al 1de diciembre estaré recorriendo Vietnam de ho chi min a Hanoi o viceversa y si se tercia y da tiempo Camboya también.

Ahora estoy en ese punto que me ocurre siempre tras comprarme un billete en el que me da pereza viajar y piensas que con lo tranquilo que se esta en la rutina para qué me meteré en historias de estas.

¿Vignemale?

He estado de travesía, un trocito de la GR-11, durmiendo en los Ibones Azules, intenté subir a Los Infiernos, pero me quede en el cresterio que me dío bastante miedo y decidí darme la vuelta, Sarita que es fina para esto del monte subió delante de mí como una flecha. Alguién que sepa de esto podría decirme si la montaña que se ve cubierta por la bruma es el Vignemale. Estaría mirando desde los Azules, el superior, hacía Bachimala.